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lunes, 2 de enero de 2017

Morir en Miami

Arturo López
Autor Tiberio Castellanos
desde Miami
Siempre es triste morir. Pero es más triste morir todavía joven.
Y morir lejos del sitio donde uno nació. Por supuesto, todos tenemos
que morir. La vida, la salud, así como la alegría, la calma, el regocijo
interior, son regalos de Dios.

Yo cada día agradezco a Dios por estos regalos.


Y nunca se me quita de la mente el pensamiento de que 
siempre he recibido de Dios mas bendiciones que las que he merecido.
Y creo y estoy convencido de que en este asunto de la vida y la muerte
no hay matemática posible.

En este momento estoy triste por la muerte de Arturo López. Era un 
buen muchacho y desempeñó con mucho calor humano su rol de vice consul en
el Consulado Dominicano, y de miembro activo de la comunidad 
dominicana en Miami. Arturo era cordial. Sincero.

Con Leonardo Suriel fuimos a verlo hace cosa de algunos meses.
Los médicos estudiaban su caso. Hace dos días Máximo Caminero y yo
fuimos al hospital y lo encontramos en cuidados intensivos. Son así
los designios de Dios.

Ha muerto joven Arturo López y mucho lo echaremos de menos. siempre  lo recordaremos con una sonrisa.
El Señor lo acoja en su santo seno. 
Un abrazo,
Tiberio

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